Este año, la empresa decidio hacer su celebracion de Navidad en un boliche. Fuimos todos los de mi oficina en Paris, alrededor de 20 personas, mas el presidente del grupo.
Siendo este bowlorama no muy diferente del popular Bolicentro, la comida no era del todo francesa, aparte de la contribucion lactea: carnes frias, ensalada de atun, arroz, camembert y torta de manzana. Un buffet simple y nutritivo, tipo bazar, que incluia vino y el muy local kir de aperitivo.
Y aunque todo el mundo al otro dia dice que paso un rato "ameno", no se dan cuenta que ninguna otra actividad pone tan en ridiculo la ausencia de motricidad y acentua la perdida de respeto: esta el que hace temblar todas las canchas cuando suelta la bola a la altura de la cadera, los personajes que toman impulso pero al llegar a la linea frenan para tomar una pausa y ahi si agacharse y lanzar la bola a 1 por hora, el que tira la bola con las dos manos, el que la lanza mientras la maquina recoge los bolos caidos, el que corre como Pedro Picapiedra, el que suelta la bola cuando la esta balanceando hacia atras. Pero sobre todo, las galletas que juegan con las bolas anaranjadas y rosadas y no con las oscuras y pesadas de verdadero varon.
Afortunadamente, siempre hay alguien que posee el estilo:
Lastimosamente, como mi empresa, en su caracter franco francés, no se caracteriza por el derroche de recursos, este evento no se acerca a las fiestas navideñas de las empresas colombianas con sus rios de licor barato. Como la cerveza tocaba pagarsela uno mismo, uno no ve el deplorable pero siempre entretenido espectaculo del empleado borracho que abraza al jefe y le dice una que otra verdad. Ni el que aprovecha el agape para darle rienda suelta a esos deseos reprimidos que siempre ha tenido para con su secretaria. No, los jefes no dejaron de ser jefes, guardando su sombria y particular distancia. Si acaso una que otra secretaria aprovecha para darle al traguito y contar intimidades, pero de ahi no pasa.
El presidente, en cambio, sabe quien es el dueño del balon:
Aca pueden conocer a todos los diversos personajes que conforman mi oficina:
A falta de Jesus...
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3 comments:
Nada parecido a las fiestas con promotoras en Bujias Gutemberto!
That rug really tied the room together...
Belle satire calimero, on s'y croirait jeje!
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